Diversas investigaciones muestran el efecto del cambio climático y su consecuencia sobre el aumento de la temperatura global sobre América Latina, Argentina y la región pampeana. Sin embargo, este aumento en la temperatura no es el mismo ni es constante a lo largo del año cuando se trabaja a diferentes escalas. La atmósfera ejerce influencia sobre los ecosistemas y agroecosistemas (y demás componentes del sistema climático) pero también la superficie influye sobre las características de las variables del clima. Esta interacción debe ser parte de las interpretaciones de la relación clima-sustentabilidad agropecuaria.

Además, el cambio climático está acompañado de una tendencia a mayor variabilidad climática, mayores oscilaciones y picos de temperaturas extremas que deben ser monitoreados ya que pueden hacer peligrar la seguridad alimentaria. Si bien esto indica el requerimiento de una adaptación adicional de los sistemas productivos, aunque la comunidad científica la reconoce, la cuantificación de la misma es aún insuficiente.

Por otro lado, los cambios ambientales provocan variaciones en los organismos, los que reaccionan mediante respuestas genéticas o a través de modificaciones morfofisiológicas que no implican alteraciones genéticas. Las respuestas genéticas y las respuestas fenotípicas pueden ocurrir simultáneamente, indicando distintos procesos de adaptación.